El valor de educar o de reconocer que no nos gusta la docencia


El título rememora el libro de Fernando Savater en donde señala la gran responsabilidad, el gran compromiso al hacer frente a la gran labor de participar en el proceso enseñanza aprendizaje. Un nuevo curso en UNIVA Querétaro: ANÁLISIS SOCIO-HISTÓRICO Y POLÍTICO DE LA EDUCACIÓN EN MÉXICO ha establecido el pretexto para reflexionar respecto a las problemáticas que subyacen a la Educación en México. Historias de irresponsabilidad, de abuso, de distorsión, de coacción, de soberbia, de desencanto de falta de conciencia son temáticas que se abordan. El curso implica una descripción de la ruta que históricamente siguió la educación hasta nuestros días. El conocer la historia quizá nos posibilite para no repetirla, pero, ¿quién sabe? A pesar de la existencia de entusiasmo en el ámbito educativo, aparece, y esto es preocupante, el espíritu de la mala actitud, de la visión negativa, del “ …eso es puro choro…esto no cambiará” , el “…para mí no es interesante”, el de la soberbia y la resistencia al cambio.

Tal parece algunos de los que participamos en el área de Educación poseemos el Sindrome del Producto Terminado. Éste es el que nos dice que ya nada tenemos que aprender, que ya lo sabemos todo, que somos un producto perfecto y acabado. Es triste convivir con gente así. Quizá no están en el lugar en donde quieren estar. Los que sobreviven, diría Darwin, son aquellos que se adaptan al cambio, pero existen muchos que no quieren cambiar y por ello no explotan todo su potencial.

El Desarrollo Organizacional nos dice que si alguien no está rindiendo en su puesto, no significa que sea malo, no significa que su destino sea el fracaso, significa que no está en el puesto adecuado y por ello debemos buscar, dentro de la organización si es posible, una posición que le permita satisfacer sus intereses y necesidades.

En el curso apenas comenzado, debemos analizar que fue lo que llevó a la educación en México al lugar en que actualmente se encuentra. Mágicamente, en el salón se encontró la respuesta de manera tangible: La actitud de los profesores. El no querer salir de la zona de confort, el no arriesgarse a hacer algo nuevo, el no justificar el punto de vista (claro, es más cómodo decir, no me gusta, no estoy de acuerdo a buscar y exponer el fundamento racional del punto de vista externado), implica una actitud negativa, nada deseable en el ámbito educativo. A lo mejor no les gusta educar y tienen miedo de reconocerlo.

Todo en Educación empieza con actitud y termina con actitud.

Definitivamente, en Educación, debemos aplicar la frase de Eugenio Garza Lagüera:

“Si no puedes… te ayudamos

Si no sabes … te enseñamos

Pero si no quieres… te reemplazamos”

Afortunadamente en este grupo existen profesores participativos, con gran entusiasmo, con apertura para aprender y compartir su visión, sus experiencias. Para mi gusto, un poco mandones y controladores pero con gran chispa y energía.

Espero mucho de ellos…obtendré mucho más.


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